Soy un sabio canino y comienzo contándoles de mi vida que no es para nada aburrida, me encanta cuidar a mi mejor amigo, creo que los dos ocupamos unas merecidas vacaciones porque nos gusta pasar momentos juntos. Te cuento de mis días muy locos en los que mientras espero que él vuelva del trabajo me pongo a practicar mis pasos de baile o simplemente duermo más tiempo porque cuando estamos juntos no hay quien nos detenga ya que echamos chispas, vamos por helado perruno, corremos por el parque o me acompaña a conocer a unas hermosas perritas en esos paseos nocturnos, ya que le doy chance de que si no está conmigo durante el día me lo recompensa por las noches y los fines de semana ni se diga, termino casi muerto de mis patitas de tanto ajetreo; pero ¡como me encanta que me traiga para todos lados con él!... bueno menos a su trabajo, no me imagino de traje con el calor tan perruno de la ciudad. Lo bueno es que por las mañanas antes de salir de casa, siempre me deja mi tazón favorito lleno de esas croquetas que me hacen soñar por supuesto que hablo de mi alimento diamond.
Mi vida de perro es divertida por las ocurrencias diarias y andar corriendo de un lado para otro; también soy el vigilante de mi hogar y siempre estoy alerta de ruidos extraños, me considero un perro consentido ya que tengo un paladar exigente, por esa razón sólo como alimento diamond que me brinda los nutrientes que necesito; todos los días espero impaciente para ir de rol perruno, te cuento que soy muy bueno jugando a atrapar la pelota o esa cosa de plástico llamada frisby, me enorgullece saltar muy alto para atraparla, pasamos buenos momentos en el parque.
Cuando él llega a casa me hace mimos para que me relaje en sus brazos, luego nos tiramos en el sillón a ver películas comiendo como los glotones que somos, después me lleva hasta mi camita porque es claro que tengo mi propia habitación perruna y termina mi día diciendo que me tiene una sorpresa que veremos mañana y por el momento es hora de descansar. Cuál sería mi cara de felicidad al día siguiente que se despierta temprano para llevarme a un lugar muy grande e iluminado dónde me topé con muchos caninos como yo.
Para no hacerles el cuento largo, les diré que de repente me pusieron en un cuarto rodeado de olores agradables; estaba un poco nervioso lo admito, pero esta persona me tumbó en una cama de metal y cuando sus dedos tocaron mi peludo cuerpecito, me sentí muy cómodo, empezando a relajarme como hace mucho tiempo no lo hacía poniendo una música muy tranquila. Hubo un momento en el que cerré mis peludos ojos olvidándome del mundo, antes del disfrutado masaje tuve un rico baño para eliminar los malos olores que pude haber tenido, todos debemos estar limpios, es una cuestión de higiene.
No había aclarado que este lugar se encuentra aquí en México y no estoy soñando, después de todo el ritual de mi relajación fuimos a la boutique dónde parecía que estaba en el paraíso perruno ya que tenían muchas cosas para mí, di una vuelta por todo el lugar claro esta inspeccionando como buen canino hasta encontrar el alimento diamond que es mi favorito, me emocioné tanto al saber que ya casi llegaba la hora de la comida que me puse a dar vueltas por el lugar moviendo la cola.
Después de tanto ajetreo lo que hizo mi día tan emocionante al fin había llegado la hora de ir a comer lo supuse cuando vi la cara un poco malhumorada de mi mejor amigo, entonces juntos descubrimos que había un lugar con sillas dónde la gente y respectivos acompañantes peludos comían. En mi caso sería el alimento diamond ya que su sabor me encanta, es bastante obvio en estos tiempo de crisis que no comparto mis croquetas con nadie, porque está hecho especialmente para perros como yo, trabajo mucho a diario por ganarme la comida. Por último les contaré que de postre me dieron helado y unas galletas que sabían delicioso.