Los fabricantes e importadores de alimentos para perros están obligados por ley a colocar en la etiqueta de los productos el “Análisis Garantizado” con información respecto a la proteína, la grasa, la fibra, la humedad, las cenizas y el ELN de los productos, pero ¿qué significan estos valores? ¿Cómo determinar la calidad de un producto a partir de esta información? ¿Representa al “Análisis Garantizado” la información acerca del verdadero valor nutritivo de un producto?
Para entender de etiquetas y determinar la calidad de un producto el primer valor que debemos observar es la humedad, ya que el agua es el más elemental nutriente para cualquier ser vivo. Recordemos que nuestro cuerpo así como el de nuestros perros contiene más de dos terceras partes de agua. El contenido de humedad de los alimentos facilitará o dificultará la posibilidad de digerirlo. Un producto con baja humedad será para nosotros muy fácil de manejar y conservar en anaquel o en nuestras casas, pero muy difícil de digerir para nuestros perros. Los productos con alta humedad requieren de mayores esfuerzos para su conservación pero son de más fácil digestión. Intenta comer al menos 6 galletas saladas sin tomar agua. Eso es lo que siente tu perro cuando le sirves un plato de comida seca. En la etiqueta estará señalado el contenido máximo de humedad del producto y se refiere a la cantidad de agua que contiene, usualmente un producto hecho con ingredientes naturales y poco proceso contiene la humedad que existe de forma natural en los alimentos. Actualmente hay productos deshidratados en el mercado que solo requieren agregar agua y vuelven a su humedad natural, una buena opción que integra lo mejor de los dos mundos, la facilidad de manejo y el beneficio de una alimentación natural para tu perro.
Una vez que hemos observado la humedad del producto, debemos ahora considerar la relación que guarda la proteína con la grasa. Si vemos que el valor de la proteína es mayor que el de la grasa entonces vemos un producto de mejor calidad que aquel que contiene más grasa que proteína. El valor de proteína en el “Análisis Garantizado” se refiere a la medición por medio de un análisis químico que determina una cantidad mínima en el producto pero no determina ni su calidad ni su digestibilidad. La mejor proteína para nuestros perros es la que proviene de una fuente animal. El valor de la grasa en la etiqueta es también una referencia de un mínimo que estima el contenido de lípidos en el alimento. Nuestros perros obtienen energía de la grasa, a mayor cantidad de grasa, mayor será la densidad de energía del producto. Pero recuerda, la calidad de la alimentación de tu perro está referida a la proporción de proteína vs grasa. Más proteína que grasa es igual a mejor alimentación.
El valor de la fibra se refiere a una porción no digerible del alimento como la celulosa y la lignina que está contenida en los vegetales. Alimentos de mayor calidad tendrán un contenido bajo de fibra y nunca superior a la décima parte de la proteína, por ejemplo.
Cenizas se refiere al resultado de una técnica de análisis que determina el porcentaje de producto que no combustiona y usualmente se relaciona con el contenido de sales minerales en el alimento. Aunque no determina a qué minerales se refiere, su valor ideal debe ser muy bajo también, recordemos que los requerimientos de vitaminas y minerales del organismo son, comparados con el agua, la proteína y las grasas, mínimos.
El ELN es el Extracto Libre de Nitrógeno y está usualmente referido al contenido de carbohidratos vegetales en un alimento. Este valor se obtiene de forma indirecta, ya que se suman los porcentajes de agua, proteína, grasa, fibra y cenizas y se resta de 100 para obtener el valor del ELN. Los perros no tienen un requerimiento en su dieta de carbohidratos de origen vegetal, ya que convierten del glucógeno contenido en los tejidos animales, los principios nutritivos que requieren. Los precursores de glucosa necesaria en los perros para su metabolismo la obtienen de fuentes animales, no así de los vegetales.
Si lo que deseamos ahora para determinar la calidad de un producto, es comparar los nutrientes de un alimento contra los nutrientes contenidos en otro alimento pero con contenido de humedad distinto, requerimos entonces de hacer unas sencillas operaciones aritméticas para poder equiparar en igualdad de condiciones. Por ejemplo, supongamos que queremos determinar la cantidad de proteína de un alimento natural “X” con 78% de humedad contra la cantidad de proteína contenida en un alimento seco “Y” con el 10% de humedad. Los valores que observamos en el “Análisis Garantizado” son, para el caso del alimento natural húmedo “X”, 10.5% de proteína, mientras que para el alimento seco “Y” 23.0% de proteína. ¿Esto significa que el seco tiene más proteína y por tanto es mejor?, no necesariamente y veamos por qué.
La primera operación aritmética será restar de 100 la cantidad de humedad de cada alimento, para obtener la porción seca. En el caso del alimento natural, 100 – 78 = 22 y en el caso del alimento seco será 100 – 10 = 90. Con estos valores haremos la siguiente operación, dividir la cantidad de proteína en la porción seca, es decir 10.5 (contenido de proteína total) ÷ 22 (porción seca del producto) = 0.4772 en el producto natural “X”.
Ahora la misma operación con el producto “Y”: 23 (contenido de proteína total) ÷ 90 (porción seca) = 0.2555.
Ahora si podemos ahora comparar los dos productos en base seca:
Contenido de proteína en el alimento natural “X” = 47.72%
Contenido de proteína en el alimento seco “Y” = 25.55%
Claramente podemos determinar que hay un mayor porcentaje de proteína en el alimento húmedo natural que en alimento seco. Si es la proteína un valor que consideramos para determinar la calidad de un producto, podemos concluir entonces que el producto “X” al tener mayor proteína es de mejor calidad. El contenido de humedad del producto “X” ayudará a hacer de esta proteína un principio nutricional aprovechable y digerible. Si el producto “X” además no contiene cereales, entonces la proteína proviene de una fuente animal, esto hace que sea biodisponible, es decir, la proteína que su organismo sí puede utilizar.