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Si tienes un cachorro nuevo y ha comenzado a morder todo lo que se encuentra a su paso, no te preocupes ni te enojes con él, y mejor sigue estas recomendaciones para que poco a poco puedas ir modificando este molesto hábito.
Lo primero que debes entender es que para los cachorros es de lo más normal morder cosas por dos motivos: el primero, para aliviar la comezón que sienten cuando pierden los dientes de leche y, segundo, porque así comienzan a explorar el mundo.
También te puede interesar saber sobre estos tres hábitos que debes enseñarle a tu nuevo cachorro.
Sin embargo, debido a que tu perro convivirá con humanos, lo mejor es enseñarle que hay cosas que están fuera del alcance de sus mordidas, como tus manos, ropa y otros objetos que son solamente tuyos. Por ello, hay dos cosas fundamentales que debes hacer: mostrarle que hay límites cuando muerde y canalizar su impulso de morder.
¡Auch!
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Aunque no lo creas, enseñarle que la piel humana es sensible y que está fuera de los límites es muy sencillo. Y, para ello, hay que recurrir a quien le inculcó los primeros hábitos a tu cachorro: su mamá. Las perras juegan con sus crías y nunca permiten que las muerdan de más. ¿Cómo lo hacen? Cuando algún cachorro la muerde demasiado fuerte, ella chillará para indicarle que sintió dolor y dejará de jugar con él.
Después, los mismos cachorros aprenden el método y cuando juegan entre hermanos seguirán la misma técnica para regular la "rudeza" del juego.
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Y sí, adivinaste bien, te recomendamos hacer lo mismo con tu cachorro: si te muerde fuerte, chíllale e inmediatamente detén el juego por unos minutos. Posteriormente, puedes seguir jugando, pero repite los mismos pasos cada vez que te lastime. Pronto, aprenderá a regular la fuerza de su mordida.
Carnazas, juguetes y premios
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El siguiente paso es siempre canalizar sus ganas de morder, así que ten a la mano carnazas, juguetes que sean seguros y premios, todos de acuerdo con el tamaño de tu perro. Cuando lo veas mordiendo algo que no debe, distráelo con un premio o juguete y dáselo cuando haya soltado el objeto que no debía tocar.
También es importante que no lo motives a morder, es decir, no juegues directamente con tus manos o dedos cerca de su cara, pues lo impulsarás a seguir haciéndolo. Te recomendamos mejor jugar con él a cosas en las que no tengan contacto directo, como a traer la pelota o a "estira y afloja" con algún juguete de cuerda, por ejemplo.
Y, por supuesto, procura no dejar al alcance de tu perro ninguna cosa que consideres valiosa, pues es muy posible que termine mordida en lo que tu cachorro aprende estas lecciones.
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Artículo presentado por Instituto Perro WebMD.com
